Una apuesta por la comida casera

A escasos metros de Los Jardinillos, en la calle Magdalena del Prado, encontramos un café-bar clásico de la ciudad, reconvertido en restaurante tradicional, donde la comida casera, sin más complicaciones, abandera la carta: el café-bar ‘Casa Manolo’.

Lugar sencillo, donde prima más el “boca a boca” que la decoración, este establecimiento cuenta cada día con más fieles comensales en sus mesas, puesto que un menú variado, con base de fogón tradicional, es uno de los pilares del éxito de una pequeña empresa familiar.

La trayectoria gastronómica de Casa Manolo no es nueva: como este nombre comercial lleva 6 años, pero en el mismo local se ubicaba el antiguo “café bar Madrid”, regentado por el mismo dueño, durante casi 30 años; con la entrada en el mundo laboral de sus hijas, llegó el momento de reorganizar el concepto de negocio, y aunque mantiene la barra, tapas…, ha enfocado el local en tanto en las comidas de mediodía como en los menús para llevar, las dos divisiones que ahora funcionan más que el mostrador, dado los tiempos que corren…

La oferta culinaria del local, tapeo aparte (con el clásico botellín + tapa por el precio de un euro), arranca con el menú del día a 9 euros, con dos platos a elegir, bebida y postre; si no se tiene mucha hambre, el comensal puede optar, o bien por el medio menú, a 6 euros, o por pedir cualquier ración de carne de presa, pescado fresco, como fritura variada (producto fresco de Málaga)…, con diversidad de productos. Otra alternativa es pedir el menú para llevar, por sólo 6 euros, para los que quieran comer en casa sin tener que cocinar.

En cuanto a los platos, los más demandados de la carta son pescado frito, bacalao enceboll ao, lomo al jerez, solomillo al roquefort, salmorejo cordobés, potaje tradicional, etc., que hacen las delicias de los clientes, pues el toque de “comida de toda la vida” cobra cada día más adeptos que buscan una comida clásica, digerible, sin mayor complicación.

En Casa Manolo podemos encontrar desde los trabajadores, pasando por los “viajantes” entre semana hasta fieles familias que repiten como lugar de reunión en festivos, pasando por un sector de auge que busca comer como en su casa: los jóvenes entre 18 y 25 años.

En definitiva, un lugar donde comer bien, a precio reducido, donde la carta se ofrece con una cara amable, en ambiente agradable, como en el salón de tu casa.