Cristóbal Cano Marín afronta su segunda etapa al frente de la Unión de Pequeños Agricultores después de ser elegido de nuevo por unanimidad en el décimo congreso del colectivo. Licenciado en Ciencias Ambientales, este jiennense nacido en Alcalá la Real y padre de dos niñas, representa a unos 3.000 asociados en la provincia. Defiende, a capa y espada, nuestro modelo de agricultura y ganadería familiar, cree ciegamente en el infravalorado potencial del olivar tradicional y está convencido de que, con medidas valientes, podemos estar ante un futuro “espléndido”.

“Con un reparto más justo y social, Jaén saldrá mejor en la nueva PAC”

Pregunta.- ¿Cuál será la línea de trabajo a seguir los próximos cuatro años?
Respuesta.- La defensa y la lucha por mantener y mejorar las condiciones de nuestro modelo, que es la agricultura y ganadería familiar, que es a quien representamos y que, entendemos, es el mejor y el que tiene más posibilidades de éxito si se acompaña con los apoyos necesarios. Tiene más dificultades, sí, pero es el que genera un alimento seguro, saludable y contribuye, además, a vertebrar el territorio, a frenar la despoblación y a que haya riqueza y economía en nuestros pueblos frente a otros modelos basados únicamente en rentabilidad estrictamente económica, que hacen un uso de los recursos menos sostenible que la agricultura y ganadería familiar y que, una vez que no les salen las cuentas, no tienen duda en abandonar el territorio.

Nosotros no contemplamos, siempre y cuando nos salgan mínimamente las cuentas, abandonar nuestras explotaciones, porque muchas de ellas han pertenecido y han sido resultado del sacrificio de generaciones anteriores a las nuestras y tienen ese plus.

P.- ¿Hacia dónde avanza la economía familiar?
R.- Tiene futuro, pero siempre y cuando consigamos herramientas, tanto por parte de las administraciones como desde el propio sector, que posibiliten que haya precios por encima de los costes de producción. No pedimos crear una especulación. Todo lo contrario. Con lo que actualmente paga el consumidor por los productos agrarios y ganaderos en su cesta de la compra, si hay mecanismos que equilibren el reparto, hay margen suficiente para que todos podamos vivir y para que todos los eslabones de la cadena tengan su margen de beneficio. Y ahora mismo no está pasando.

No puede ser que tengamos un escenario en el que se está produciendo y perdiendo dinero porque no salen las cuentas. Además, no vemos que a la cadena de distribución o a la industria les vaya mal. Al revés, les va muy bien porque, al final, están estrangulando al eslabón primero, que es el más débil, pero que, a su vez, es absolutamente insustituible: los agricultores y ganaderos.

P.- ¿Cómo se cambia esa inercia?
R.- Tanto las administraciones como el propio sector productor tenemos que cambiar algunas cuestiones y apostar por dar pasos en la comercialización, no abandonar nuestra apuesta por la calidad y cambiar o dar un giro a aquellas estructuras que veamos que no cumplen su objetivo.

P.- ¿Cómo se presenta la negociación de la Política Agrícola Común -PAC-?
R.- Tenemos por delante unos meses fundamentales para definir qué reparto se va a hacer a nivel nacional del presupuesto de la PAC para el marco 2020-2027.
Afortunadamente, los nubarrones que había en torno a las ayudas por un contexto complicado y marcado por el Brexit o por las nuevas necesidades de financiación que hay en Europa, por ejemplo en materia de inmigración o seguridad, parece que se han aclarado.

En términos generales, consideramos que tenemos un presupuesto a la altura de la agricultura y ganadería y, si se hace un reparto más justo y más social de los recursos, podemos salir mejor que en la actual PAC y que la inmensa mayoría de agricultores y ganaderos de la provincia tenga un nivel de apoyo y de ayuda superior al que estamos percibiendo.

P.- ¿Hay recursos para hacerlo?
R.- Hay recursos, lo que necesitamos son medidas valientes. No puede ser que haya explotaciones que, aun siendo viables por su propia dimensión, cobran ayudas millonarias de la PAC. No es ético que en la provincia de Jaén haya expedientes que cobran más de 300.000 euros de ayudas anuales. No es ético y tampoco se puede aplicar una PAC que vaya al corazón de los pequeños y medianos agricultores, y que le quita recursos al que no los tiene para dárselo al que tiene más. Eso hay que corregirlo.

P.- ¿Somos conscientes de nuestro potencial?
R.- A un precio razonable con el productor, el olivar tradicional de la provincia de Jaén está en la mejor de las predisposiciones para asegurar la riqueza y la prosperidad de nuestros pueblos. Contamos con buenos mimbres y, además, estamos viendo que todas las políticas a nivel europeo y nacional van por la sostenibilidad, el cambio climático o el freno a la despoblación. El olivar tradicional de Jaén es sostenible económica, social y ambientalmente, Me atrevo a decir que no hay ningún cultivo en nuestro país que cumpla esa triple sostenibilidad más que el olivar tradicional. Afortunadamente, el aceite de oliva que producimos nosotros no tiene nada que ver con otras formas de cultivo.

Es absolutamente imprescindible, tanto en cantidad como en características, para todo el aceite que hay que comercializar. Porque los que provienen de olivares súper intensivos no tienen la estabilidad ni aguantan ni tienen la calidad que tienen los aceites de oliva virgen extra de la variedad picual.

P.- ¿Cuáles son los principales enemigos del olivar?
R.- Tenemos muchas amenazas fuera, como la de las importaciones o la de los aranceles. Pero es que, en el mercado mundial del aceite de oliva, lo que seamos capaces de apalancar desde España, Andalucía y Jaén es absolutamente determinante. Si hacemos al máximo nuestros deberes y somos capaces de atar un objetivo como la apuesta por la calidad y por valorizar nuestro aceite de oliva, tendremos mucho ganado y seremos dueños de nuestro futuro.

Debemos seguir produciendo oro líquido y lograr que realmente se pague un precio justo para que podamos seguir cultivando olivares, en muchos casos más que centenarios, que nos han traído a ser lo que hoy somos. Siendo la provincia mayor productora a nivel mundial de la mejor grasa vegetal nos negamos a asumir que no tenemos futuro.

Texto y foto: Ayer&hoy