Este establecimiento, situado estratégicamente en la calle Salsipuedes (una de las de más solera del barrio de San Ildefonso), invita al cliente a encontrarse cómodo, en un espacio amplio y bien decorado, en el casco antiguo de Jaén capital. El buen ambiente y la variada oferta culinaria suman adeptos cada día, máxime a los que buscan la cuchara tradicional.

El restaurante ‘El Bocao’ es un referente de la zona gastronómica de San Ildefonso. Todo jienense conoce la mítica vía Salsipuedes, contigua al convento de Las Bernardas; los casi 13 años que lleva de cara al público Sergio García dan para mucho, ha conseguido crear una clientela fiel.

Con un perfil generacional cercano a los 40 años, principalmente que opta por el sistema de reserva, el comensal puede disfrutar de lo mejor de las carnes, arroces y platos de cuchara de la ciudad. La comida típica es la más demandada.

Al hilo de dicha oferta, la demanda de platos como el arroz caldoso, manitas de cerdo y carnes ibéricas no faltan entre su clientela: guisos y mollejas ganan al pescado, potenciando los productos locales. Pucheros al poder.

La merma de plantilla por las restricciones de pandemia (de cinco a dos personas) no ha sido impedimento tanto para un buen trato al cliente como para poder innovar en el negocio: desde acondicionar una estupenda terraza interior hasta hacer obras en la cocina, sin olvidar el cálido interior del local, decorado a modo rústico, pero con pinceladas artísticas de color. Nada de estancarse, hay que tener todo bien preparado para que sus leales comensales estén como en casa.

Las 14 mesas (bien separadas) dan un aforo de 56 personas en terraza, siendo el lugar estrella en la actualidad; el interior, por las actuales circunstancias, se reserva a pequeñas reuniones de amigos o conocidos, pero se suele evitar más (una pena, ya que goza de una luz y tranquilidad ideales). No es que la gente haya cambiado de locales, es el miedo al contagio lo que ha propiciado que los clientes salgan menos, pero continúan con la fidelidad al restaurante, pese a comer fuera en menor medida.

García es optimista: más pronto que tarde pasará la pandemia, todo volverá a la normalidad, y ahí estará él y su equipo, para seguir sirviendo a sus clientes con una sonrisa y un buen guiso.