Francisco Juan Martínez Rojas nació hace 58 años en el municipio jiennense de Vilches, en el seno de una familia cristiana y trabajadora. Además, y según cuenta él mismo, le debe, primero, a su familia su vocación por el sacerdocio y, después, su introducción en la carrera eclesiástica a José Melgares Raya, al cual sustituyó, con el paso de los años, al frente del Archivo Histórico Diocesano. Hoy en día es Deán-Presidente del Cabildo Catedral y Vicario General de la Diócesis de Jaén. En 2011 recibió la Medalla de Andalucía.

“Muchas personas se confiesan creyentes pero no practicantes, lo que es una seria incoherencia”

Pregunta.- Para aquellos que no conozcan esta figura dentro de la iglesia católica, ¿qué es el deán del Cabildo Catedral?
Respuesta.- La palabra deán proviene del latín “decanus” y es, dentro del Cabildo de la Catedral o grupo de sacerdotes que sirven al primer templo diocesano, el “primus inter pares”, es decir, el primero entre iguales. En algunos lugares, como en Jaén, se ha añadido al nombre de deán el de Presidente. En los actuales estatutos la figura aparece como “Deán-Presidente del Excmo. Cabildo”.

P.- ¿Cuáles son sus principales funciones?
R.- La principal función que tengo es coordinar todas las actividades que se realizan en la Catedral, mejor dicho catedrales, ya que nuestra diócesis cuenta con dos: Jaén y Baeza. Estas actividades se dividen en tres ámbitos: liturgia y pastoral, economía y cultura. También debo presidir algunas funciones litúrgicas fijas y suplir al Obispo cuando él no pueda celebrar en determinadas solemnidades. Igualmente soy el portavoz del Cabildo ante los medios de comunicación.

P.- Lleva más de diez años ocupando este cargo, ¿por qué ha decidido seguir en él durante todo este tiempo?
R.- No soy quien decido seguir. Son los compañeros. El cargo de deán es electivo y lo eligen los canónigos que están en activo, los cuales tienen derecho de voz y voto. Posteriormente el nombramiento lo ratifica el Obispo. Los actuales estatutos señalan un período de cinco años para el mandato, que se pueden prorrogar otros cinco mediante votación. En mi caso, empecé un tercer mandato a petición del Obispo y de los canónigos, y, por ello, se tuvo que dispensar del cumplimiento de los estatutos. Pero espero que sea ya el último quinquenio.

P.- ¿Qué retos se plantea para el período que aún le queda como deán?
R.- El más importante es el cuidado del culto en la Catedral, que siempre se puede mejorar, aunque en líneas generales estoy satisfecho. Pero el más urgente y preocupante es la conservación de un inmueble tan grande, que necesita un constante mantenimiento y que en algunas zonas, como son las cubiertas, reclama una restauración integral. Y aunque en ciertas partes ya se ha realizado, quedan aún otros pabellones por restaurar. Igualmente habría que rehabilitar la fachada principal y la cabecera, con el famoso friso gótico.

P.- ¿Cuál es la situación de la iglesia católica en la provincia de Jaén?
R.- Creo que en líneas generales es satisfactoria, si la comparamos con otras zonas de España y no digamos de Europa. En la gente de Jaén existe un humus religioso profundo, al que sin duda le afecta la secularización creciente, pero que sirve de dique para la desertización de la fe que se produce en otras zonas. Algunos datos así lo revelan. El año pasado (2018), Jaén fue la única provincia española en la que los matrimonios religiosos fueron mayores en número que los civiles. El número de niños y jóvenes que libremente eligen religión en los centros de enseñanza supera el 80% y Jaén es la primera provincia andaluza, y una de las primeras en España, en poner la cruz en la casilla de la Iglesia católica en la declaración de la renta.

P.- ¿Se implican los jiennenses en los actos organizados en la Catedral?
R.- Creo que sí. Tengo la sensación de que los jiennenses son conscientes de que en la Catedral se trabaja para ofrecer un culto digno a los fieles y también para que dicho edificio sea un centro cultural de referencia, desde la especificidad cristiana, ofertando conferencias, conciertos y exposiciones. En los actos que se preparan hay siempre una muy buena participación, lo que creo demuestra la aceptación por parte de los ciudadanos de nuestra ciudad de las actividades que se deciden realizar.

P.- ¿Qué supone para Jaén contar con el “Santo Rostro”?
R.- El Santo Rostro es la reliquia más importante de la Catedral, de la ciudad y de la provincia. Está en nuestro escudo provincial y es un privilegio poder ser depositarios y custodios de una pieza tan valiosa. La misma Catedral, en sus proporciones y belleza, no se explica sin ese añadido que tiene y la singulariza de ser templo relicario del Santo Rostro e iglesia meta de peregrinaciones. Creo que a veces no somos conscientes de lo que representa ser la ciudad y la provincia del Santo Rostro.

P.- ¿Cómo explica usted la situación de que las iglesias y templos, habitualmente, no cuenten con mucha presencia de feligreses y durante la Semana Santa se vean las calles abarrotadas de gente?
R.- La explicación creo que es sencilla. Muchas personas se confiesan creyentes pero no practicantes, lo que no deja de ser una seria incoherencia. La fe no es una opción a tiempo parcial o para determinados momentos, como puede ser la Semana Santa, es algo que debe permear la existencia en todos sus aspectos, los 365 días del año. La fe debe ser celebrada en comunidad y debe ser alimentada con la Palabra de Dios y la Eucaristía. Pero eso compromete la vida más que contemplar pasivamente una procesión, a la que se puede asistir simplemente como si se viese un espectáculo.

P.- ¿Cree que la iglesia debería modernizarse para conseguir atraer a los jóvenes y a aquellos que consideran que esta institución es del siglo pasado?
R.- La iglesia no tiene que modernizarse, si por eso entendemos que tiene que homogeneizarse con el mundo actual y los presuntos valores que presenta. Sí tiene que acomodar su mensaje para que sea comprensible en el mundo actual, pero siempre siendo fiel al Señor, que es lo importante. La iglesia tiene que ser sensible a las necesidades del mundo de hoy y darles una respuesta desde la fe, ofreciendo íntegro el mensaje del Evangelio. Y eso implica, en ocasiones, ir contracorriente o ser tildada de institución obsoleta, o que no contribuye a la sociedad. Pero de eso ya acusaban a los cristianos en el siglo I. Las cosas no cambian mucho, aunque a veces creamos lo contrario.

P.- ¿Debería la mujer tener un papel más importante en la Iglesia católica?
R.- Lo primero que hay que recordar es que la dignidad en la iglesia la concede a todos los fieles el bautismo, que es lo importante. A partir de ahí, la mujer está llamada a contribuir a la misión de la iglesia con su especificidad y genio, como recordaba San Juan Pablo II. Y no podemos olvidar que el ideal de esta institución, el modelo mejor que tenemos, es una mujer: la Virgen María.

P.- ¿Usted considera que la Catedral de la Asunción debería ser Patrimonio de la Humanidad? ¿Por qué?
R.- Creo que tiene todos los títulos para ser Patrimonio Mundial, ya que es un edificio singular y sirvió de modelo para otras catedrales de Hispanoamérica, proyectando su particular lenguaje arquitectónico más allá del Atlántico. Otra cosa es que la Catedral pueda llegar algún día a ser Patrimonio de la Humanidad, pero razones legítimas y fundadas para serlo tiene, y bastantes.

Texto: Juan Moral. Foto: Diócesis de Jaén