En esta ocasión vamos a conocer uno de los restaurantes de Jaén que cuenta con más solera: La tabernilla de José. Un local ideal para deleitar al más exigente paladar, pues razones no le faltan: arroces, carnes, marisco fresco… por ello la firma es un clásico en las distintas guías profesionales de su sector. Enclavado en la mítica calle Cuatro Torres, defiende su carta en un barrio donde la hostelería copa en corazón gastronómico de la ciudad. Tediosa tarea, de la que José sale victorioso.

La tabernilla de José no es sólo un establecimiento gastronómico más en nuestra capital. Ni mucho menos. Es un lugar donde la buena mesa, servicio detallado y un ambiente relajado se unen. Desde que se accede al local el comensal disfruta tanto de una excelente iluminación tenue como de una distribución de mesas holgada, sin agobios, donde la distancia entre los clientes se aprecia, aún más si cabe, en los tiempos actuales.

En relación a la decoración, hay que destacar en un acertado estilo rústico, y por supuesto, los detalles marineros, dando sensación de calidez atemporal; otro acierto de la empresa.

También se puede reseñarse (sus comensales lo saben) el ambiente ideal, con sensación perfecta de privacidad, que otorga el reservado superior, arropado por un biombo natural; se disfruta unas vistas, panorámicas parciales al salón, desde la intimidad.

Como buen restaurante, hay que hacer justicia a los platos que pueden deleitar a cualquier gourmet: atún rojo de Barbate, ventresca, arroz negro con chipirones, sepia con verduras al horno, gambas de Huelva, almejas a la marinera, navajas frescas… es difícil decantarse por algo, pues la variedad y calidad de pescados y mariscos hace complicado la elección de sus fieles clientes; sin olvidar carnes tan exquisitas como el cochinillo en su punto, perfectamente dorado, con el acompañamiento idóneo de patatas fritas con Aove de primera.

Si todos los platos anteriormente citados se riegan con buenos caldos, miel sobre hojuelas: el responsable nos indicará, si así lo deseamos, el vino perfecto para cada uno de los mismos, a su correcta temperatura de servicio y con una amplia variedad (buena vinoteca).

Para finalizar, este restaurante cuenta con detalles que los amantes de la buena mesa no pasarán por alto, como la delicada personalización de su cubertería, los platos decorados a capricho con tonos ocres-rojizos… y una atención a su clientela muy cuidada; por algo es un referente de la gastronomía de la capital del Santo Rostro.