Frente a la diversidad, tú puedes elegir tu propia imagen
Acabamos de fundir el primer mes del 2020, a mí me parece un suspiro. Hace apenas dos semanas estaba peinando los premios Forqué y, curiosamente en ese espacio donde mis compañeros y yo trabajábamos los looks que los actores, actrices, productores y demás personajes de la cinematográfica de este país, se me ocurrió que estaría bien hablaros de las tendencias actuales, para que, a la hora de enfocar nuestro estilo personal y vernos bien en el día a día, sepamos por dónde van los tiros en el mundo de la moda este año.
Lo que podemos ver, que las revistas de belleza y moda resaltan, son cortes de pelo que parezcan que no se han tocado, cortados en unas medidas intermedias, como si estuvieran en el proceso de desgaste de un corte crecido. Peinados que no se noten que han pasado por la peluquería, y, sin embargo, tienen una técnica especial para conseguirlos. Maquillajes que realzan los rasgos, sin que se note que vas maquillada. Y vestirse será un acto de camuflaje, donde la ropa pasa a formar parte de tu personalidad sin protagonismos excesivos. Es decir, una especie de apología de la naturalidad, sin tener muy claro qué quiere de nosotros eso de ser natural.
Me gustaría hacer contigo un pequeño análisis sobre ello. Nacemos, vivimos y morimos eso sí que es natural, y no quiere decir que el resultado último nos guste, pero, al ser inevitable, tratamos de que sea lo más tarde posible. Al nacer, traemos unas características físicas que son las que son, y lo natural sería aceptarlas, pero no es así.
El bajo querría ser más alto, la morena querría ser rubia, el que tiene pelo rizado le encantaría tenerlo liso y a la inversa, y así un largo etcétera que nos ha llevado a idear formas de cambiar nuestra estética personal, para conseguir vernos más guap@s, esto nos lleva también a buscar la fórmula para no envejecer, para tener un cuerpo más atlético o mejor formado, quitarnos pelos corporales que nos resultan antiestéticos, o ponérnoslos si la naturaleza nos deja calv@s y etc.
Para ello, los humanos nos hemos inventado remedios desde antiguo. Civilizaciones antiquísimas empezaron con ello, desde Cleopatra bañándose en leche de burra para preservar su belleza, a la preocupación y estudio del médico griego Hipócrates, sobre su pérdida de cabello allá por el 460 a C., que nos llevó a denominar un tipo de alopecia como calvicie hipocrática.
Las antiguas romanas utilizaban el polvo rojizo de la piedra de cinabrio para colorear sus mejillas. También bañaban sus melenas en agua con gran concentración de sal y las exponían al sol en terrazas para provocar su oxidación, y, en consecuencia, el aclarado de su tono natural. Vamos, podría decirse que ellas fueron las inventoras del balayage tan de moda en estos momentos.
Así, siglo a siglo, los humanos nos hemos preocupado por inventar soluciones cosméticas a las arrugas, a las canas, a la caída, etc. Hemos desarrollado formas de vestir tan distintas, desde el miriñaque hasta la liberación de los corsés pasando por la minifalda, convirtiendo la necesidad natural de abrigarnos en una forma de expresión estética para sentirnos bien vestid@s.
Este rápido repaso por la historia nos enseña la necesidad que hemos tenido los humanos desde siempre, para salirnos de nuestra naturaleza para añadir formas más bellas para expresar lo que somos y cómo somos. Por ello yo resaltaría la diferencia entre lo que, en la actualidad, es tendencia a la naturalidad, traduciéndolo por sencillez, una forma de llevar la ropa, el cabello y la piel sin demasiada elaboración para que no resulten artificiales, lo que implica cuidar el mínimo detalle para que nuestra imagen no parezca descuidada.
A veces se confunde lo natural con dejar de cuidarnos y abandonar los detalles que mejoran nuestra imagen. He de añadir que en la última década la verdadera tendencia es que no hay una tendencia definitoria, ya que convivimos cada vez más en diversidad con personas de distintos países, procedentes de otras culturas donde el sentir de lo que es bonito o feo es muy diferente. Los cánones estéticos conviven y se mezclan enriqueciéndonos a todos. Frente a esta diversidad, tú puedes elegir y crear tu propia imagen más auténtica y personalizada.
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