Trino Martínez Berruezo, natural de Almería y jienense de adopción, llegó a las tierras del Santo Rostro, hace más de 4 décadas, para estudiar la carrera de perito, pero 36 años después, cautivo del encanto de la provincia, aquí sigue; ha logrado diferentes logros en el sector turístico, social y personal, pero el más importante de todos no es otro que mantener su firma, como mayorista-minorista Trino Viajes-Circuitos diez, arropado de su familia. Más de 30 años después, haciendo alusión al “gran duque blanco”, su magia sigue intacta.

Hablar de Viajes Trino es hablar de viajes y turismo; es una marca más que conocida en la provincia, pues tras esas siglas comerciales encontramos un “pequeño gran hombre”, accesible como pocos, que habla sin tapujos tanto de sus experiencias pasadas como de la situación que actualmente vivimos. No es ajeno al trabajo conjunto para paliar, en parte, los problemas de la provincia: colabora con todos los colectivos (habidos y por haber), aportando su experiencia para luchar contra el “ninguneo” al que las administraciones tienen sometida a Jaén.

Quien iba a decir que un veinteañero, aspirante a ingeniero técnico, que tras la vivencia de un trabajo parcial (para costear sus estudios) en el hotel Condestable, acabaría como responsable de “Viajes Halcón” en la provincia, para luego ser director provincial de 5 oficinas de “Viajes Marsans”, y 27 años después, abrir su propia marca, lejos del yugo de las franquicias comerciales; trabajo duro e ilusión han dado sus frutos. Para ponernos en tesitura, rebobinemos a 1985; en la ciudad de Jaén se podía ir a los cines (había muchas salas, no como ahora) a disfrutar de algunos estrenos como “regreso al futuro”, conducir un“Ford Fiesta serie 2” y con la música de los Hombres G, pero no existía una cultura de viaje de placer entre los jienenses.

Izq.: Reconocimiento a la empresa con un trofeo muy cinéfilo. Dcha.: Trino en la agencia durante 2008-2009 con su hija Cristina.

Hoy día, hemos cambiado al “reggaetón”, a los coches híbridos y a los filmes de inteligencia artificial en lugar del “condensador de Fluzo”, pero los viajes se han convertido en una necesidad, algo accesible para escapar de la realidad, de la vida cotidiana: da igual que sea una escapada de fin de semana o un destino idílico (cuando la pandemia lo permita). Trino pone puntos sobre las íes, explicando este fenómeno: antaño el mero hecho de viajar por placer, propiamente dicho, se veía como un lujo, entre otras cosas porque el ciudadano de a pie no podía permitirse algo más que una quincena vacacional o un viaje de novios a precios muy superiores de los que tenemos actualmente; hoy por hoy, con la “democratización” del turismo, la oferta variada de compañías de vuelo han validado dos factores: el abaratamiento del sector y la implantación de la cultura del viaje.

Otro de los matices que Martínez indica son los pocos titubeos que tiene el público a la hora de viajar, pues sabe lo que quiere: primero mira en la web y después pasa por la agencia. Lo que antes era un consejo (que los sigue dando, si el cliente así lo quiere) ahora es la reafirmación de un destino concreto; en ese aspecto la vida está muy cambiada, pero no el trato que Trino brinda a su clientela, pues ganarse la confianza de una familia no es fácil. Nuestra ciudad es de costumbres-fidelidad a un negocio, y este empresario nos cuenta su satisfacción cuando los abuelos de un hogar confían en él para escoger un plan senior, sus hijos para una escapada romántica, y los nietos para un circuito por los países bajos; esta confianza es, quizá, el mejor pago para él, puesto que prefiere ser recordado como servicial, buen hombre y buen jienense, antes que como una empresa de viajes, puro y duro, valores que desde su casa así le inculcaron.

En los buenos tiempos eran numerosos los trabajadores que formaban parte del negocio, pero ahora, debido a la pandemia, sólo están Trino y su hija Cristina; consciente de que algún día pasará esta pesadilla, Trino dedica su tiempo, al margen de su agencia, a su familia, su gente y sus aficiones, mientras tiene voz y voto, junto a Juanma Camacho (hotel Xauen) en la plataforma “Jaén merece más”, donde aporta su granito de arena para cuando soplen mejores aires empresariales.

Impecable trayectoria empresarial.- Su trayectoria profesional, al margen de las agencias, ha sido muy amplia: innovador de proyectos empresariales y eventos como Exponovios, Expoalimentaria…, creó la primera asociación de Empresarios Jóvenes, miembro de la (tristemente extinta) Cámara de Comercio con la medalla del 125 aniversario, perteneciente a 16 colectivos sociales y empresariales; un currículum que más de uno quisiéramos para nosotros.

Muy vinculado al desarrollo empresarial provincial, y con una vista comercial sin precedentes, creó muchos de estos proyectos para dar cabida tanto a la venta de viajes como para potenciar el turismo cultural, algo que lleva muy a gala cuando habla con sus amigos y clientes: la puesta en valor de nuestro magnífico patrimonio, como Úbeda, Baeza, parques naturales, etc., no son temas ajenos a su léxico, pues es lo primero que potencia (antes que la alternativa de los destinos paradisiacos). No por ello deja de asesorar destinos entre otros, como Estados Unidos, Caribe y Asia, mientras publica las bondades de tierras del norte de España, a la vez que casi cierra la venta en “cero coma”, ya sea delante de la pantalla del ordenador (con las últimas herramientas tic) o vía teléfono.

Sobre estas líneas, estas dos imágenes de Trino Martínez Berruezo distan casi 25 años.

Todo no es Nueva York, Londres o Roma, pues esta empresa apuesta fuerte tanto por el turismo de interior como para que sus “potenciales viajeros” conozcan nuestro país, sus joyas escondidas como Santiago de Compostela, Rías Baixas, las dos Castillas, etc., pues son conscientes de la importancia de generar riqueza turística para nuestro país, nuestras regiones; la clave está en apostar por lo nuestro, sin menospreciar para para nada lo ajeno; además, no por ser un destino menos lejano está exento de un gran trabajo previo de coordinación (reservas, traslados, vuelos, guías…), igual de exhaustivo que si de ultramar se tratara.

Viajar con Trino es sinónimo de tranquilidad y trato personalizado. Es un habitual de las rutas con sus clientes, a los que acompaña, por ejemplo, desde rutas asturianas a mundiales de motociclismo, donde si hay cualquier contratiempo el mismo lo solventa sobre la marcha, algo insólito con los tiempos que corren.

Una agencia que ofrezca este tipo de relación cercana no tiene precio; bueno, digamos que si: la confianza del viajero, de su cliente, no sólo en su marca, sino en su propia persona. En definitiva, el mismo trato que ofrecía a sus colaboradores provinciales desde “Halcón viajes”, en los 80, pero con la independencia y precios asequibles que da una firma propia; algo que le permitirá, a buen seguro, continuar vendiendo “cultura viajera”, arropado por los locales muchos años más, y seguirá siendo uno de los referentes comerciales de calle San Clemente.

Texto: Manuel Miró
Fotos: Cedidas por Trino Viajes