Carmen Méndez dirige el Parador de Jaén desde finales del año pasado. Cambió su Valencia natal por la tierra que vio nacer a sus padres y el Mediterráneo, por Jaén y su mar de olivos. Un paisaje que la cautivó al instante y que ha facilitado su rápida adaptación a la capital jiennense. Una ciudad de la que sabía poco, pero de la que ahora presume cada vez que tiene oportunidad. Afable, amable en el trato y “enganchada” a la empresa que lleva en los genes desde hace veinte años, Carmen Méndez está convencida de que Jaén está ante su gran oportunidad de ganar peso en el sector turístico nacional.

“La gente busca la seguridad y confianza que ofrecen destinos de interior como Jaén”

Pregunta.- Llegó a la dirección del Parador de Jaén a finales del año pasado. ¿Cómo fue su nombramiento y cómo recibe la noticia?
Respuesta.- Yo era subdirectora del Parador de El Saler cuando recibí la propuesta de Recursos Humanos de «abrir» el Parador de Jaén después de una importante reforma. Sinceramente, para una persona que no es de Andalucía, cuando te proponen Jaén, piensas ¿qué hay además del aceite? Y eso es un error del que una se percata en cuanto llega a la ciudad. Cuando se piensa en Andalucía se piensa más en Granada, Sevilla o Córdoba, pero no tanto en Jaén, Huelva o Almería, consideradas en cierta manera, y de forma injusta, las hermanas menos guapas de Andalucía.

P.- ¿Qué factor pesó más a la hora de tomar la decisión?
R.- Tenía muchas ganas de abrir un Parador, de llegar a un destino donde todo fuera nuevo o hubiera sido renovado, además de tener la oportunidad de trabajar con un equipo nuevo. Andalucía, además, me tiraba mucho porque mis padres son andaluces, lo que suponía otro atractivo más. Podemos decir que el reto de Jaén como que consiguió picarme un poco (sonríe).

P.- A nivel personal ¿Qué balance hace hasta el momento de su etapa al frente del Parador de Jaén?
R.- Estoy muy contenta y feliz. Jaén, de hecho, es una de las ciudades en las que más rápido he conseguido sentirme a gusto. En otras en las que también he vivido me ha costado más hacerme al sitio. Aquí, en cambio, a los 4 días sentía que podía ser de aquí. La gente es agradable, amable y acogedora y eso ayuda mucho.

P.- ¿Y a nivel profesional?
R.- El estado de alarma fue un palo duro para nosotros. Habíamos abierto después de una importante remodelación apenas dos semanas antes y la acogida había sido fantástica por parte de la ciudad y de los clientes. Habíamos puesto mucha ilusión y trabajo, y habíamos corrido mucho para la apertura. Nos dio mucha pena, la verdad, pero hay que ser responsables y se debe hacer lo que haya que hacer.

P.- ¿Cómo está siendo el denominado regreso a la nueva normalidad?
R.- Afortunadamente, los paradores estamos teniendo muy buena acogida entre los españoles y estamos cumpliendo objetivos. Estamos remontando el vuelo superando, incluso, las previsiones marcadas después del confinamiento. Aquí en Jaén, por ejemplo, abrimos el 25 de junio con una ocupación razonable teniendo en cuenta la situación que estamos viviendo.

P.- Las previsiones hablan de un crecimiento exponencial del turismo nacional y de un interés cada vez mayor por los destinos de interior. ¿Se está notando en la facturación o reservas?
R.- Ahora mismo, destinos como Jaén tenemos todos los ases en la manga porque la gente no está buscando las masificaciones de la playa ni tener que pelearse por un hueco para colocar la sombrilla. Lo que la gente quiere ahora mismo es seguridad y confianza, y no estar pendiente de si está demasiado cerca de el de al lado por si se contagia. Por eso, paradores como el de Jaén, destino de interior y, además, ubicado en plena naturaleza y fuera del casco urbano, están ante su gran oportunidad.

P.- ¿El miedo del turista a un posible rebrote de covid-19 es real o infundado?
R.- El miedo existe. Muy gráfico resulta en este sentido, por ejemplo, que la mayoría de clientes que tuvimos a primeros de julio procedieran de Francia, Portugal, Madrid o Levante. De lugares ubicados a una distancia media de 500 kilómetros. Sin embargo, la mayoría de los huéspedes que tuvimos a partir de la segunda semana del mes pasado e, incluso, los que esperamos esta primera quincena de agosto, es prácticamente local. Visitantes que vienen de Granada o Córdoba. La gente tiene miedo de que se produzca otro confinamiento que les impida volver a su casa, lo que explica que escoja lugares de confianza, cercanos a su domicilio y a los que pueda llegar sin tener que usar el transporte público.

P.- El cliente busca seguridad. ¿A qué achaca la confianza del turista en la marca Paradores?
R.- La marca Paradores, en sí misma, da una sensación de seguridad y de confianza. Nuestros clientes están seguros de que en nuestros establecimiento se van a cumplir todos los protocolos de seguridad marcados por las autoridades sanitarias. Protocolos que Paradores, por otra parte, ha implementado con otras medidas adicionales. También hay que tener en cuenta que en el Parador de Jaén, por ejemplo, tenemos solo 45 habitaciones, por lo que es más fácil controlar que se cumplan todas las medidas. Otro factor determinante es que los paradores se ubican en entornos de verdadero privilegio. Fíjate aquí en Jaén, en pleno cerro de Santa Catalina con unas vistas maravillosas de la sierra de Jabalcuz y con mi mar de olivos… A mí personalmente me encanta porque el que se ha criado al lado del mar lo echa de menos. Aquí lo llevo mejor porque tengo mar. Verde, sí, pero mar (de olivos) en definitiva.

P.- Para una ciudad como Jaén, ¿qué beneficio supone contar con un parador entre su oferta turística?
R.- Los paradores en general, y Jaén en este sentido no es ninguna excepción, contribuyen a incrementar en la ciudad donde estamos presentes el porcentaje de visitas de turistas extranjeros. A nuestros clientes, por su perfil, además, les gusta conocer los alrededores del parador. Hablamos de personas con un poder adquisitivo medio alto que muestran interés por conocer la ciudad, que bajan a ver la Catedral o los Baños Árabes y, de paso, a disfrutar de la experiencia de tomarse un par de cervezas con una tapa. Y de eso nos beneficiamos todos en general más allá de donde pernocte.

P.- ¿Qué suele destacar el cliente que visita Jaén por primera vez?
R.- La mayoría de nuestros clientes se sorprende de la belleza de la ciudad, pese a ser una desconocida. A nivel monumental se quedan con la Catedral, con el casco antiguo o con los baños árabes. Pero también les encanta de Jaén la posibilidad de degustar una tapa con una cerveza o de asistir y participar en una cata de aceite de oliva virgen extra.

P.- ¿Cuáles son los rasgos diferenciadores del Parador de Turismo de Jaén?
R.- Dos. No tengo ninguna duda. Por un lado, su ubicación privilegiada y, por otro, la gente. El equipo humano del Parador de Jaén es excelente y para mí es un verdadero privilegio poder trabajar con ellos y en esta ciudad. Aman el trabajo y lo que supone formar parte de Paradores, y tratan al cliente muy bien.

La felicitación que más se repite es aquella que está relacionada con el personal, que atiende al instante cualquier necesidad que demande el cliente.

Texto y foto: Ayer&hoy