¿Qué previsiones económicas se manejan para este año cuando haya finalizado la crisis que ha provocado la covid-19? ¿Qué consecuencias económicas tendrá nuestro país? España y el resto del mundo se están enfrentando a una crisis sanitaria sin precedentes con la máxima incertidumbre en lo que a la economía se refiere. Las cifras que se barajan no parecen buenas pero, sin embargo, la esperanza de una recuperación temprana existe. Reactivar la economía de la mejor manera posible y sin riesgos es el principal objetivo de todos los sectores, ya sea el Banco Central Europeo o el más pequeño de nuestros ayuntamientos.

Debido al frenazo de la actividad que ha causado la covid-19, algunos pronósticos apuntan a que la economía mundial se desplomará este año entre un 6,4% y un 9,7% del producto interior bruto (PIB) global. La mayoría de los gobiernos de todo el mundo han respondido a los impactos de la pandemia, implementando medidas como la relajación fiscal y monetaria, el aumento del gasto en salud y el apoyo directo para cubrir las pérdidas, algo a lo que no ha sido ajena España.

De hecho nuestro país se enfrenta a uno de sus momentos económicos más complicados de los últimos 100 años, pues la Deuda Pública se ha disparado y supera al record alcanzado en el año 1909. la covid-19 pasará, ya está pasando, factura toda la actividad económica, al empleo, a la mencionada deuda y al déficit. El Fondo Monetario Internacional (FMI) asegura que podríamos vivir una situación igual, o incluso peor, a la crisis del 2008 con unas previsiones de descenso de un 8%, debido, en gran parte, a la dependencia del sector turismo. Asimismo España tendrá problemas en reducir la cifra de desempleo que en 2021 se situará en un 17,5%. Por su parte, el Banco de España estipula que la reducción del PIB en 2020 será entre el 6,6% y el 13,6%, aunque la recuperación podría llegar relativamente pronto en 2021 con un 70% u 80% de lo perdido en 2020.

Ante el impacto económico y social de la covid-19, el Gobierno de España aprobó, los pasados días 12 y 17 de marzo, dos paquetes de medidas económicas urgentes con la intención de proteger de forma inmediata, y en lo más básico, a familias, trabajadores, autónomos y empresas para minimizar dicho impacto en la economía e intentar facilitar una rápida recuperación una vez superada la emergencia sanitaria. El primero de ellos suponía la movilización de más de 18.000 millones de euros para reforzar el sector sanitario, proteger el bienestar de las familias y apoyar con liquidez a las empresas, en particular del sector turístico y las pymes. El segundo recogía medidas dirigidas a dar apoyo a las familias, a trabajadores y autónomos que vieran disminuidos sus ingresos, y apoyar a las empresas con liquidez y flexibilidad para preservar el empleo, y reforzar la lucha contra la enfermedad, movilizando hasta 200.000 millones de euros de créditos, con unas garantías públicas de hasta 100.000 millones.

Pero en estos momentos nos encontramos en el centro del huracán, en plena fase de desescalada, y con tantos frentes abiertos que es difícil predecir cómo actuarán tanto el Gobierno de España como la Unión Europea, de quien dependeremos en gran medida.

De momento el Gobierno ha planteado una hoja de ruta para la reconstrucción económica y social en la que se incluyen los Ertes, las líneas ICO y la incrementación de la financiación económica con el Fondo Covid-19. Asimismo, la renta mínima vital ya está en marcha, o la creación y subidas de impuestos y políticas de flexibilización económica.

El punto de vista empresarial.- Bien. Hasta aquí nos hemos referido a la situación desde un punto de vista global y cómo han reaccionado nuestras administraciones, pero debemos bajar a pie de calle y ver cómo la ven los afectados directamente. Por ejemplo los empresarios. “La situación económica es complicada teniendo en cuenta que se tuvo que parar la economía de cien a cero en prácticamente un día”, señala Carlos, representante empresarial. “Bien es cierto, continúa, que al comienzo de esta crisis sectores esenciales como el transporte o la alimentación han seguido en funcionamiento, pero con una actividad muy por debajo de lo que se hacía habitualmente. Frenar la economía en unos días, sin saber quién podía trabajar y quién no, sin conocer con certeza las medidas de seguridad en las empresas, creó una gran incertidumbre de lo que iba a ocurrir”. De todos es conocido que las empresas de servicios como restaurantes, bares u hoteles se vieron muy afectadas, con una Semana Santa que se perdió mientras la campaña de verano está en el aire. También es llamativo el sector del textil, con un grave problema con la ropa de nueva temporada primavera-verano y una campaña de rebajas que se afronta también con incertidumbre, nos sigue comentando el responsable de la federación empresarial, que apunta a su vez que los Ertes han sido un auténtico balón de oxígeno para las pequeñas empresas, tuvieron sus inconvenientes pues, al principio, no se sabía muy bien cómo acogerse a ellos hasta que, al final se aclaró todo un poco, con la suerte de que se prolongasen gracias a un acuerdo entre Gobierno, patronal y sindicatos hasta el 30 de junio.

Algunas de las medidas propuestas por este colectivo empresarial para ayudar a salir de esta crisis son la exención y bajada de impuestos para que no tengan que pagar las empresas que no están en funcionamiento, pero también, que cuando llegue la recuperación se dé más flexibilidad a la contratación de esos Ertes para que se alarguen en el tiempo y los empresarios puedan ir incorporando a sus trabajadores en función del trabajo que haya en la empresa. “El Erte lo que pretende es mantener ese puesto de trabajo y que en el momento en que la actividad comience a funcionar ir incorporando a sus trabajadores”. Porque lo que está claro es que una empresa sobrevive porque sus ingresos son mayores que sus costos”, afirma.

“Por otro lado, la banca tiene que jugar un papel esencial en esta situación facilitando liquidez a las empresas basándose en su historia y su capacidad para levantarse de otras crisis, como la de 2008, y no basándose solamente en criterios pura y estrictamente analíticos. En este sentido, podemos decir que muchas empresas han pasado la fatídica crisis de 2008 y sabemos lo que hay que hacer y estamos tomando medidas porque aprendimos en esa crisis lo que teníamos que hacer”, remata el presidente empresarial.

Y por supuesto habrá que reinventarse. El teletrabajo, por ejemplo, algo que un principio no confiábamos mucho en él. Pero tampoco se puede sobrevalorar esta forma de trabajar, ya que, como señala, “no se puede conducir un camión por teletrabajo o no se puede atender un comercio, pero sí que se pueden modernizar”. La digitalización que se viene anunciando desde hace mucho tiempo, las pequeñas tiendas se modernizarán, pequeños negocios se han dado cuenta que pueden seguir trabajando con servicio a domicilio, incluso con pequeñas modificaciones como contar con una página web para atender pedidos digitalmente.

El punto de vista de los sindicatos.- Desde los sindicatos, concretamente desde Comisiones Obreras (CCOO), se ve esta situación como algo que “nunca habíamos vivido”, por lo tanto, “al Gobierno Central le ha pasado lo mismo que a todos y cada uno de los ciudadanos de este país, es decir, no sabíamos a qué nos enfrentábamos y las medidas que se van tomando, sean más o menos acertadas, muchas de ellas sobre la marcha y a veces rectificadas, siempre se pueden mejorar”.

Un responsable de Comisiones Obreras señala que como sindicato su preocupación es sobre todo el empleo, y por ello cree “que el Gobierno Central fue rápido a la hora de montar una mesa de diálogo social tripartito con los diferentes agentes sociales para salir de una situación de crisis como esta”. A partir de ahí, se han ido tomando medidas que han evitado el desplome del empleo en nuestro país y que se pierdan puestos de trabajo como es el caso de los Ertes, una medida que según destaca “es muy acertada”, a la espera de lo que pueda ocurrir en un futuro para que no se pierdan empleos.

Desde el sindicato no se ha dejado de trabajar en todo momento haciendo propuestas para presionar al Gobierno e intentar convencer a los empresarios para que entiendan la situación, “una situación que hay que llevar con unidad de acción para ser capaces de salir lo más airosos posibles”, señala el sindicalista.

Asimismo, la realidad es que habrá pérdida de puestos de trabajo en un principio, por lo que, “tendremos que intentar que los gobiernos empiecen a tomar medidas de ayudas directas a los trabajadores que se queden en esa situación precaria para los que, después de los Ertes, no puedan trabajar porque no hayan podido mantener su empleo”.

Desde CCOO también señalan “que no se puede volver a las políticas de la crisis de 2008 porque será duradera y prolongada en el tiempo”. Para ello se necesita la ayuda de todos y por parte de la Administración “habrá que hacer políticas de inversión y en ningún caso de autoritarismo”. Si se hace bien y no faltan recursos para seguir consumiendo “saldremos enseguida que el virus sea controlado”. Tenemos que cambiar el “chip” todos, tanto en la forma de trabajar, como el teletrabajo o con las nuevas tecnologías que de alguna manera este virus está acelerando antes de lo que teníamos previsto por imposición. “Estamos de acuerdo en que las empresas tienen que recibir inyección económica de dinero público, pero en ningún caso eso puede ser para seguir con el mismo modelo que teníamos antes de relaciones laborales sobre pilares de precariedad, bajos salarios y de temporalidad”.

¿Y el ciudadano?.- Hasta aquí hemos mostrado el punto de vista de las administraciones o las fuerzas económicas, tanto empresariales como sindicales. Pero, ¿qué opina el ciudadano de a pie? Como es habitual, Ayer&hoy ha realizado la tradicional encuesta de nuestro Termómetro, para preguntar al ciudadano si considera que las medidas adoptadas por las diferentes administraciones públicas son suficientes para salir airosos de esta crisis y, si no es así, qué más habría que hacer para reactivar la economía de nuestro país. Lógicamente entre los encuestados hay división de opiniones (dependiendo, suponemos, tanto de la ideología política como del grado en el que hayan sido afectados por la pandemia) con respecto a las medidas de ayuda adoptadas. Unos creen que son insuficientes, o que llegan tarde, o, simplemente, que no llegan. Otros, en cambio, piensan que se ha actuado bien desde las distintas administraciones, y ponen como ejemplo el caso de medidas como los Ertes o las ayudas a los autónomos y empresas.

Entre otros ciudadanos, Isabel opina que se debe reactivar la economía lo antes posible y generar ingresos en sectores tan afectados e importantísimos para nuestra economía como es el turismo. Ana, por su parte, sí cree que se han adoptado medidas, similares a la de nuestros países vecinos pero, sin embargo, agrega, ha sido tal la debacle de la pandemia que se necesitarían más apoyos. Mientras, Mª Ángeles opina que se está actuando bien ayudando a autónomos y pymes para que nadie se quede atrás, aunque Víctor piensa que no es tanto la cantidad de iniciativas sino la calidad y en este sentido, lamenta la calidad de ayudas a los autónomos. Interesante asimismo es la opinión de Juan Francisco, que considera que en un primer momento las medidas tomadas frenaron la sangría económica, aunque ahora hay que reconstruir lo devastado y las decisiones políticas han de decidir la vía a tomar “y en mi opinión, todo lo que no sea tomar conciencia, y obrar en consecuencia, de que nuestro bienestar social se basa en el esfuerzo individual y en la ineludible necesidad de un tejido empresarial fuerte, serán caminos que acabarán en el fracaso”.

En relación a qué otras medidas habría que seguir adoptando una vez la crisis sanitaria se vaya quedando atrás, la mayoría opinan que hay que ayudar a las empresas y autónomos para que la actividad remonte y para que no se pierdan puestos de trabajo y, con ello, el consumo se vea afectado lo menos posible. Y citan como por ejemplo medidas que deben ponerse en marcha, la reducción o exención de impuestos y tasas hasta que la situación mejore, ayudas económicas directas (y a fondo perdido) para empresas, la reducción de la cuota de autónomos o la ampliación de los Ertes para que las empresas no se vean “ahogadas” o fomentar el turismo nacional con ayudas para el consumo. Como aportaciones propias de los encuestados, Luis recomienda pagar en metálico “porque cada euro de impuestos eludido es un euro más para mejorar la economía real de las personas”. En lo que coinciden todos es en la compra de productos nacionales y locales en las tiendas y negocios de barrio. En definitiva, estamos inmersos en una situación compleja, difícil, donde serán determinantes las medidas que se adopten desde las diferentes administraciones, empezando por la central y terminando por la local. Toda ayuda es poca en momentos como estos, pero con la colaboración de todos, olvidando enfrentamientos y caminando todos sin resentimientos en la misma dirección, no hay duda de que saldremos de esta situación más pronto que tarde.

 

Apelamos a la responsabilidad política, las empresas son la llave para el bienestar económico

Mayca Palomino López /Vicepresidenta AJE Jaén

Dirigir una empresa conlleva asumir riesgos, a veces demasiados, pero ese es uno de los secretos de esta aventura que es “ser empresario”, que aceptamos al inicio de nuestro proyecto y llevamos a gala cada día.

Vivimos momentos difíciles, que aunque levemente anunciados por algunos factores, desconociendo la verdadera entidad del problema hasta que el mundo se paralizó y muchas de las empresas de nuestro entorno se vieron cerradas de un día para otro, porque así lo decía la norma, o porque sus ventas cayeron drásticamente. Hemos cambiado nuestra forma de hacer las cosas, y vivimos una realidad impensable en muchos casos, que está llevando al cierre de negocios y al endeudamiento de multitud de empresarios, obligados a reducir su plantilla, pedir préstamos y moratorias, con un futuro incierto y complicado, unido al peligro que acecha la salud de nuestras familias y la nuestra. Pero somos empresarios, nuestra propia naturaleza nos hace ser optimistas, y convertir los inconvenientes en oportunidades. El empresario se reinventa cada día, crea soluciones a las necesidades que van surgiendo y esa iniciativa nos hará salir de esta crisis. Esperamos que nuestros dirigentes sean responsables y valoren cualquier decisión que pueda afectar al crecimiento de la economía, porque las empresas, como en otras crisis anteriores, serán la llave para alcanzar nuevamente, el bienestar económico.

Desde la Asociación de Jóvenes Empresarios de Jaén animamos a todos los empresarios a seguir luchando, creyendo en ellos mismos y en su empresa, y ofreciendo nuestro apoyo para lo que necesiten.

 

Apostar por nuestro comercio es salvar parte de nuestra ciudad

Bruno García Pérez /Secretario Comercio Jaén

Si alguien puede ser capaz de salvar en estos tiempos de crisis sanitaria provocada por la COVID-19 al pequeño y mediano comercio local, y consiguientemente con ello la riqueza y el empleo que éste genera, no serán otros que los ciudadanos de a pie que decidan hacer sus compras y abastecerse en esta tipología de comercio que constituye uno de los principales pilares de nuestro modelo de ciudad que durante siglos ha crecido y se ha desarrollado paralelamente a su comercio.

Es cierto que estamos ante una revolución tecnológica que afecta de manera decisiva a la distribución comercial llevándonos hacia nuevos hábitos de consumo, pero también es cierto que acontecimientos como los que ha generado la pandemia hacen que los ciudadanos se den cuenta de la importancia que tiene para una ciudad su comercio local en momentos críticos, importancia que viene sustentada en el empleo que genera, en cómo fija la población al territorio, en cómo da vida a la ciudad y le aporta riqueza.

Estamos viendo, además, la tremenda capacidad de sacrificio y el esfuerzo que está realizando el comerciante para adaptarse a todas las exigencias que la llamada nueva realidad está imponiendo.

Todo ello debería tener necesariamente una respuesta de la gente basada en la reciprocidad, en el intento de una contrarrevolución de los nuevos hábitos de consumo que nos lleve a comprender lo importante que es pensar en local en nuestra actividad de compra, porque pensando en local apostamos por lo nuestro, por nuestro empleo, por nuestras ciudades y pueblos y por nuestra riqueza. Es el momento de volcarse con el comercio local y de proximidad, es el momento de autoprotegernos y de pensar que lo importante es salvar el entorno más próximo en el que vivimos. Y el comercio local es parte, sin duda de él, y necesita por ello de todo nuestro apoyo.

Texto: Ayer&hoy Fotos: Pixabay