Dos generaciones con más de cinco décadas de historia en Torredelcampo

Hierros Moral cumplió en 2018 cincuenta años. Cinco décadas cargadas de esfuerzo y trabajo que han posicionado a esta empresa torrecampeña en lo más alto del sector. La aventura comenzó en 1968 cuando Francisco Moral decidió dar un cambio drástico a su carrera profesional. Hasta ese momento se dedicaba al transporte de mercancías y personas desde Torredelcampo hasta diferentes puntos de la geografía española. Sin embargo, en uno de esos viajes conoció el sector del hierro y decidió apostar por su implantación en la citada localidad.

En los comienzos, cuando Francisco se ausentaba de la fábrica, porque tenía que entregar algún pedido, era su madre la que se quedaba al cargo del pequeño taller. Con tan solo un camión, el mismo que utilizaba como transportista, para cubrir todas las peticiones que le hacían sus primeros clientes, Francisco pronto logró una cartera fija de compradores y con ello aumentar poco a poco tanto el volumen de hierros en su pequeño almacén como la contratación de los primeros trabajadores. Además, en aquella época no había los adelantos ni las maquinarias que hoy tienen todas las ferrallas del sector. En esos años Francisco preparaba con sus propias manos los encargos que le realizaban sus clientes y él mismo los cargaba en el camión. No obstante, a veces, y debido al peso de este material, solicitaba ayuda a algunos de sus vecinos. Pero no todo fue tan fácil y fluido para el fundador de Hierros Moral. “Ahora tú pides un hierro y te viene de Bilbao a los dos días pero antes esa acción era muy difícil porque el sector del acero estaba muy centralizado”, explica el actual gerente, Juan Moral, e hijo del precursor de la empresa. Por aquel entonces las grandes siderúrgicas trabajaban con un solo proveedor en cada provincia y al estar cubierta la de Jaén a Francisco le costó bastante lograr que alguien le vendiera hierro para poder trabajar. Al principio llamó a muchas puertas para conseguir el material y viendo que siempre encontraba un no por respuesta decidió comprarle a otros almacenistas situados en Madrid y Ciudad Real.

Izq.: Francisco Moral junto a su mujer, su madre y un amigo de la familia en los inicios de la empresa. Centro: Juan Moral, actual gerente y responsable de la empresa en su despacho. Dcha.: Francisco Moral, fundador de la empresa.

Actualmente es Juan Moral, segunda generación e hijo del fundador, quién se encarga de la gerencia y gestión del negocio. Juan recuerda como a los ocho años empezó a dar sus primeros pasos en la empresa. Una época en la que cada fin de semana realizaba el cobro de facturas y donde pasaba todos los veranos ayudando a su padre en un negocio por el que hoy siente una gran pasión. En 1975, y con Juan ya sumergido entre los hierros que su padre tenía dispersados por todo el taller, adquirieron el terreno en el que hoy se encuentra ubicada la empresa. Un espacio que en poco tiempo creció el triple debido a la demanda de los clientes y el crecimiento del propio almacén. Además, ya en los noventa se implantaron también en el polígono industrial “Los Llanos” de Torredelcampo con un taller de ferralla industrial para grandes construcciones, en una nave de 2.000 metros cuadrados. En esos años su mayor carga de trabajo todavía se concentraba solo en la provincia de Jaén pero ya tenían tres camiones, y mucho más personal, que les permitía dar un mejor servicio a sus clientes.

Francisco Moral tuvo tres hijos, dos niñas y un niño. Una de esas dos chicas emprendió su carrera profesional alejada del negocio familiar pero los otros dos sí que se quedaron al cargo de Hierros Moral. No obstante, Juan Moral cuenta que a su madre le hubiese encantado que estudiara en la universidad pero él estaba convencido de que su camino estaba en el negocio familiar. De esa forma, Juan quedó al cargo del almacén y su hermana del taller. Pero hasta llegar a la gerencia, Juan pasó por todos los puestos que puede ocupar un operario en su empresa. Empezó desde abajo y fue creciendo a medida que crecía el negocio de su padre. “Creo que cualquier persona para forjarse y saber que se cuece dentro de su negocio es lo mejor que puede hacer”, señala. El salto definitivo lo dio cuando tenía 28 años y su padre decidió que era hora de que ocupara el despacho principal. Sin embargo, en todo momento contó con su progenitor para cualquier duda o decisión difícil que tuviese que tomar. “El decidió en ese momento pasar a un segundo plano y ocuparse más de un pequeño huerto que tenía, pero seguía pasando cada día por esta empresa para preguntarme y hablar conmigo”, recuerda. A pesar de su juventud para Juan fue un cambio muy cómodo porque contaba con la ayuda de Francisco, su padre, y tenía el conocimiento suficiente del negocio.

Izq.: Flota de vehículos de Hierros Moral. Dcha.: Trabajadores en el interior de la nave.

Pero en 2008 todo cambió. En ese momento la empresa, debido a la crisis, sufrió un gran varapalo. Una etapa que el actual responsable de Hierros Moral señala como agridulce. Agría por todas las perdidas, sobre todo de personal, que sufrió durante esos años, pero a la vez dulce porque le obligó a reinventarse y convertirse en lo que es actualmente. Una sociedad que destaca por su innovación y trato al cliente. “Como persona joven siempre he apostado por meter productos nuevos pero a raíz de la crisis desaparecieron la mayoría de proveedores y tuve que reinventarme apostando por nuevos materiales y productos que ofrecer a los clientes”. A partir de ese momento no hay día que no esté buscando alguna novedad que incorporar a su catálogo de productos. Además, se implantó en Sevilla, Granada, Marruecos y, desde hace año y medio, abrió su propia tienda online. Una apuesta personal que le ha sorprendido, incluso, a él mismo por la cantidad de pedidos diarios que reciben desde cualquier parte de España.

Texto: Juan Moral
Fotos: Juan Moral/Hierros Moral