El italiano Rinaldo Piaggio fundó en Génova en 1884 una fábrica de mobiliario para barcos y otros productos como motores. Tras la Segunda Guerra Mundial los herederos –Armando y Enrico Piaggio– acometieron una profunda reconversión y el ingeniero aeronáutico Corradino D´Ascanio recibió el encargo de desarrollar una moto barata, resistente y fácil de producir. El resultado fue un escúter de rueda pequeña con motor de 98cc refrigerado por aire. “¡Parece una avispa [vespa en italiano]!”, exclamó Enrico Piaggio, y así quedó bautizada. Patentada el 23 de abril de 1946, la primera Vespa empezó a venderse por 55.000 liras de la época (61.000 la versión Lujo) y su producción se disparó en pocos años: de las 2.484 unidades iniciales hasta las 171.200 de principios de los cincuenta. La demanda creció tanto que enseguida comenzó a fabricarse bajo licencia en muchos países, entre ellos España: Moto Vespa S.A. –que con el tiempo creó el Vespino– nació en 1952. El fenómeno comercial y social de la Vespa fue tal que trascendió hasta la gran pantalla y se convirtió en un icono indisociable de la “dolce vita” italiana.