Este mes seguimos paseando por uno de los barrios más icónicos de nuestra capital para hacer parada obligatoria en un restaurante que hace mella en los paladares de los jienenses más sibaritas: Malak. Ubicado en la céntrica plaza de la Constitución, en pleno “centro culinario” de la ciudad del Santo Rostro, ‘Malak’ apuesta por una cocina con base serrana, concretamente segureña, donde los platos y carnes de la tierra, aderezados con un toque de modernidad, deleitan a los paladares más exigentes.
Javier Jurado es el responsable del establecimiento: una joven promesa de los fogones, que a sus 26 años ya tiene un bagaje considerable; se formó en la escuela de hostelería “Gambrinus”, y ha pasado por muchas firmas de renombre del mundo culinario, tanto de Jaén como de fuera de nuestras fronteras. Con las ideas muy claras sobre su vocación. Ha sido su meta, cumplir su propio sueño emprendedor. Como curiosidad, Jurado subraya el porqué de dicha denominación: Malak significa “Ángeles” en árabe, como un homenaje a sus abuelos (Ángel y Angelita, también del ramo hostelero), donde regentaron un restaurante ‘Los Ángeles’, en Pegalajar.


El local, diáfano, amplio y bien decorado, evoca en sus paredes signos inequívocos de Segura, como son parte de los rincones más significativos de esta enigmática sierra jienense; si a ello le sumamos una luz adecuada, un personal cualificado y buenos platos… miel sobre hojuelas.


Toca tuno a lo verdaderamente importante, disfrutar de su carta. Su concepto culinario gira en torno a los platos tradicionales de la Sierra de Segura, ya que un arraigo del chef desde pequeño lleva a poner en valor las bondades que ofrece dicho “paraíso interior”: cordero segureño, trucha marinada del pantano de la Anchurica, rin ran (icónico del restaurante), todo ello se puede descubrir en un menú degustación, acompañados de buenos caldos y postres idóneos para la ocasión.