Con un pie dentro de la Semana Santa, este mes llega a nuestras páginas una de las cofradías más queridas por los jienenses: Los Estudiantes.

Esta entidad, que se encuentra inmersa en los actos de celebración del 75 aniversario de su constitución, está plagada de historia como la del Cristo del Bambú, estrecha vinculación con el Real Monasterio de Santa Clara; son muchas las notas que nuestros vecinos desean conocer sobre la misma, ya que tres cuartos de siglo dan para mucho.

Izq.: La Virgen Nuestra Señora de las Lágrimas en 1973 con un cortejo de mujeres vestidas de mantilla. Centro: Manto de la Virgen en la procesión de 2008. Dcha.: El Cristo de las Misericordias en el pasado su paso por la Carrera.

Eduardo García López, vocal de Patrimonio de la entidad, nos relata algunas de las particularidades de la misma. Sus 51 años de pertenencia en Los Estudiantes lo avalan, siendo la tercera generación familiar ligada a la cofradía y con la cuarta ya en camino.

Comencemos por lo básico: actualmente, el Hermano Mayor de Los Estudiantes es Andrés Utrera (cofrade desde principios de los 80), con el que García trabaja estrechamente, al igual que con el resto de la Junta de Gobierno; a todos les toca adaptarse a estos tiempos complejos, y modernizar su entidad para la época actual; mucho ha llovido desde su formación, en 1946, la hemeroteca se suma al carro de la era digital.

Lo que no ha cambiado ha sido la veneración y el fervor de los jienenses por sus Sagradas Imágenes, el Cristo de las Misericordias y Nuestra Señora de las Lágrimas: ambas son una excelente puesta de largo para la tarde del Lunes Santo. La devoción se puede palpar entre los fieles, en el bullicio de la plaza de la Merced, flanqueando los mismos su templo, instantes antes de la salida procesional.

En el interior cientos de hermanos esperan, ansiosos, el comienzo de la procesión, con un silencio absoluto, y con los rayos de sol recortando la figura del Cristo sobre las sombras proyectadas en el altar; por otra parte, las mantillas también se impacientan, sin perder un ápice de saber estar y cuando la primera imagen atraviesa el pórtico de su templo, la explosión de fe queda más que patente.

Izq.: encierro de la cofradía en la Catedral de Jaén, por inclemencias meteorológicas, en la Semana Santa de 2012. Centro: Saeta de Juan Casas al Cristo de las Misericordias, en la procesión de 2006. Dcha.: Bebé cofrade en la procesión de 2009.

Al hilo de lo anterior, podemos destacar dos de los momentos más significativos del desfile procesional, tanto presentes como pasados: el icónico acompañamiento de la Virgen por los tunos (un clásico que perdura) y la saeta de Juan Casas (saetero de Mancha Real, tristemente fallecido) desde un balcón lateral a su Cristo. No fallaba nunca. Estos momentos, vividos por el que suscribe estas líneas en primera persona, resultan, cuando menos, un regalo para la vista, máxime oteados desde la balconada de la gerencia de Urbanismo. Difíciles de olvidar.

Hablemos del cortejo procesional; bien podrían destacarse las inmaculadas túnicas de sus nazarenos, con blanco inmaculado y azul, portando sus cirios de tono marfil, en completo silencio. Tras los mismos, junto a su Virgen, destacan las mantillas, perfectamente ataviadas, mostrando un fervor inequívoco en sus rostros, al igual que el resto de los cerca de 450 hermanos que realizan esta Procesión de Penitencia.

Un momento para destacar bien podría ser cuando, poco tiempo del paso de la Cruz Guía, el paso del Cristo de Bambú llega al Arco de San Lorenzo, donde los fieles siempre lo esperan. Muchos prefieren deleitarse con sus veneradas Imágenes en este punto del recorrido, con “algo menos” de bullicio que cuando se inicia la procesión. Otro dato que no podemos dejar en el tintero es el equipo que porta los pasos, formado por costaleros hermanos, donde poco importa el esfuerzo que realizan los mismos en el paso del Señor (70) y en palio (60), la fe mueve montañas… y los tronos de las cofradías.

En relación al Real Monasterio de Santa Clara, dicho lugar, cargado de historia, es su segunda sede: desde tiempos inmemoriales las Hermanas Clarisas salvaguardan su querido Cristo de Bambú, siendo este convento el más antiguo de la ciudad de Jaén, pues data de la época de Fernando III. Un aliciente más para los devotos, pues la historia y la religiosidad no entienden de pasado y futuro, sino que se encuentran ligadas, qué duda cabe, a nuestro presente.

Contando los días para salir a la calle, todos los católicos, creyentes y cofrades esperan, con ilusión, la salida de nuestra Semana Santa jienense: en su hoja de ruta la cofradía de Los Estudiantes, a buen seguro, está más que señalada, y para los que no puedan disfrutar de estos dos preciosos pasos, siempre les quedarán las nuevas tecnologías, ya que desde la entidad de los estudiantes velará por ello.

Texto: Manuel Miró Fotos: Cofradía y Manuel Miró