Cris Sort / Presidenta de JAEM

Ni en nuestros mejores sueños podríamos decir que los empresarios y empresarias de Jaén, o de España en general, estén pasando por un momento dulce. Más al contrario, ciertos sectores atraviesan actualmente una de sus peores pesadillas, arrastrando con ellos a sus empleados y la subsistencia en sí del negocio. La incertidumbre que ha provocado esta terrible pandemia ha hecho estragos a la estabilidad del ámbito empresarial y de los negocios afectando directamente a la economía en todos sus estratos. Y es precisamente en estos momentos de incertidumbre absoluta, con toque de queda incluido y cierre de la hostelería en horarios de cena, cuando se hace vital acudir a la normativa laboral, a través de un correcto asesoramiento, para conocer las herramientas que puedan permitirnos sortear de la mejor manera los obstáculos que se nos seguirán presentando vestidos de Covid-19. Pero no es suficiente.

Nos ha tocado asumir una de las partes más complicadas en estos tiempos, y para sobrellevarlo, la observación continua de los cambios normativos supone una ventaja para mantener nuestra empresa a flote, reinventarnos, prevenir descalabros, y planificar y organizar de nuevo para amortiguar la pérdida de ingresos y seguir atendiendo los gastos esenciales como el de los empleados. Ser empresaria implica por denominación ser resiliente ante los cambios, ágil para no quedarse atrás, a la vez que fuerte para tomar decisiones frías cuando la situación menos acompaña ni económica ni emocionalmente.

Desde la pandemia el paradigma mundial ha cambiado, la forma de comunicarnos es distinta, la forma de consumir, y nos hemos visto abocados a una digitalización forzosa. Toca reinventarse.
Necesitamos una clara apuesta por los empresarios y empresarias de este país desde el Gobierno y las instituciones públicas. Solo para dar a luz a una pequeña empresa y enseñarle a dar sus primeros pasos, España es uno de los países más burocratizados de toda Europa. No es nada fácil el día a día de una profesional una PYME, o gran empresa, los impuestos ahogan, los seguros sociales son altos y podríamos decir que España “no es un país para empresarios”, menos aún en Jaén que cuenta con la tasa más alta de desempleo de todo el estado y no se ha pensado en ningún tipo de beneficio fiscal ni en materia de cotizaciones como tienen otras comunidades autónomas con menos desempleo como son Ceuta, Melilla y las Islas Canarias. En el caso de Jaén, de la provincia, los últimos datos del INE en el segundo trimestre de 2020 situaban el desempleo en el 25,63%. Respecto a Ceuta que tenía un 20,30%, Melilla un 23,40% siendo la tasa en el conjunto del Estado español de un 15,33%.

Nos encontramos en un momento delicado, perturbador, en el que se están viendo multiplicados los concursos de acreedores, tanto de personas físicas como jurídicas, y en un punto de saturación que los órganos judiciales no saben cómo sostener. Por eso, es muy importante estar activos y estar unidos, por ejemplo, formando parte de colectivos y asociaciones como el de Mujeres Empresarias de la Provincia de Jaén que tengo el honor de presidir.

En este contexto de desconcierto, cambios, y vaivenes políticos y económicos, debemos poner el foco de atención en la Mujer, y concretamente en la Mujer Empresaria, un colectivo en lento crecimiento y aún en una situación de relativa vulnerabilidad, más aún en tiempos de pandemia. Como meros pero reveladores datos estadísticos, solo el 30% de las mujeres empresarias exporta internacionalmente, y solo el 15% son directivas. En otros términos, solo una de cada tres empresas en el mundo está a cargo de mujeres, y sin embargo la población total de hombres y de mujeres es similar. Estos datos del siglo XXI son los que nos llevan a mantener un reto importante en materia de educación en corresponsabilidad, y también con las medidas de Conciliación Personal y Familiar que sean concretas de acompañamiento a las familias, tratándose de dos elementos esenciales para la equiparación empresarial en sentido cualitativo, y cuantitativo. En este sentido, como abogada y especialista en derecho laboral no puedo asumir que el teletrabajo sea la panacea de la gestión del tiempo y el logro del equilibrio en la ansiada conciliación profesional y familiar, trabajar desde casa no permite a la vez el cuidado y la atención que requieren las personas, por mucho que lo parezca, y todo ello va en detrimento de la carrera profesional y de las empresas cuando son las mujeres las que asumen este rol de cuidadoras.

Este mes de octubre ha sido un mes muy femenino, ya que se ha celebrado del Día Internacional de la Niña, de la Mujer Rural y el Día Mundial del Cáncer de Mama, queremos reivindicar el papel de la mujer en nuestra sociedad, como empresaria y como rural siendo un punto importante el desarrollo de la economía mundial y más aún en nuestra provincia que son en muchas de las tierras que se cultivan el claro motor de la economía dedicada al primer sector. Pero cabe decir, que cuando a las mujeres se las valore por su talento y profesionalidad, y no sean noticia como la Primera Ministra de Finlandia por llevar smoking “sin sujetador”, entonces no serán necesarias las asociaciones de mujeres que reivindiquen el papel de la Mujer y su posición en este mundo.