Corren tiempos complejos para ejercer la Medicina. Pese el reconocimiento de la sociedad a nuestros facultativos, estos grandes profesionales, convertidos en nuestros héroes de diario, luchan por preservar el bien más preciado que tiene el ser humano: la propia vida. El presidente del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de la provincia de Jaén narra las vicisitudes de su colecivo, lidiando con un letal e invisible enemigo: el Covid-19. Sin perder la ilusión, Pérez subraya las luces y sombras de su profesión, inequívocamente ligada a servir al prójimo. Son verdaderos héroes en nuestra sociedad.
“Se necesita devoción y formación para ejercer la Medicina”
Pregunta.- Conozcamos un breve recorrido como profesional…
Respuesta.- De dónde venimos… Me formé en el Hospital Clínico ‘San Cecilio’ de Granada, a principios de los 90, realizando tanto mi especialidad como mi tesis doctoral. Tras el doctorado en Medicina y Cirugía en la Universidad de Granada, comenzó el “devenir”: Málaga, Almería, hasta que me ofertaron un contrato indefinido en Jaén: ahí cambió mi vida. Me dieron un proyecto, una continuidad, y en noviembre de 2000, fundé la unidad de Neumología del Hospital ‘Princesa de España’. Entonces tuve la oportunidad de formar un proyecto profesional, y posteriormente desarrollar mi vida familiar aquí. Tres años después trasladamos a toda la familia, porque mi mujer, también médico, fue contratada en el centro hospitalario jiennense. En 2003 me integré en el servicio de Neumología del Hospital ‘Ciudad de Jaén’, donde en la actualidad ejerzo como jefe de servicio. En 2013 fui elegido miembro de la junta directiva del Colegio de Médicos como vocal en hospitales, y posteriormente en 2017 vicepresidente primero, y desde el pasado mes de febrero de 2020 fui nombrado presidente de mi entidad.
P.- Ha pasado casi un año desde su nombramiento; ¿qué ha cambiado en el Colegio?
R.- Nuestro objetivo es abrirnos y estar al servicio de la sociedad, al contacto con los pacientes, pero es complejo en la actualidad por las restricciones existentes. Asimismo, nuestra aspiración es la de desarrollar un mejor servicio a todos nuestros colegiados, jóvenes y mayores, es nuestra razón de ser. Otro punto vital es la transformación digital, y mejora de las infraestructuras de nuestras instalaciones colegiales, que requerirá una nueva sede. Estamos dando pasos y avanzamos bien, pero todavía queda mucho trabajo por hacer.
P.- Su antecesor, Don Emilio García de la Torre, habrá sido su pilar, al igual que el resto de la plantilla de su Ilustre Colegio…
R.- Sin duda. Sentó las bases del actual equipo, gestado en 2017, con 6 nuevas incorporaciones. Ha sido un referente muy importante, y es un gran valor que no vamos a perder.
P.- Tiempos complejos para ejercer medicina: el fantasma del Covid-19 y sus variantes no quieren dejarnos; ¿cómo se vive esta pandemia desde el Colegio?
R.- Con responsabilidad y prudencia. Tenemos que seguir transmitiendo a la población la situación. Los profesionales en activo tenemos que alentar esa responsabilidad, y no nos cansaremos. Contamos con una campaña divulgativa enfocada a la ciudadanía en general, con el fin de que no se conviertan en nuestros pacientes enfermos de COVID, ni en las consultas de nuestros centros de salud, ni en nuestros hospitales. Manteniendo en nuestro discurso el rigor científico y la precaución, informando a la población.
P.- Como pasa con otras profesiones (bombero, policía, maestro…) la Medicina es vital para el servicio al ciudadano. ¿Hay que tener una “pasta especial” para elegir esta forma de vida?
R.- Es fundamental tener una buena nota para estudiar Medicina, y por ello mucha gente válida se queda fuera, por apenas décimas de corte, pero no sólo hablamos de números, sino de vocación. La Medicina es actualmente una de las profesiones más valoradas, pero se necesita vocación y formación para llevarla a cabo.
Hay que tener una enorme devoción por el paciente, sacrificando muchas horas de atención a nuestras familias, amigos y compañeros; los estudiantes de Medicina han de tenerlo claro.
Competimos con el “doctor Google” a tiempo real: es muy complicado, las llamadas y WhatsApp son diarios, y es complicado estar al día de todo, pues la exigencia es enorme.
P.- ¿Cuáles han sido sus mejores y sus peores momentos en el ejercicio de la medicina?
R.- El mejor momento me lo llevo a diario, cuando el paciente reconoce la labor del médico. Esa mirada, ese gesto de agradecimiento es lo que motiva a seguir. El peor momento lo sufrí en 2020, desde la presidencia en funciones: tuve que comunicar a las familias el fallecimiento por la pandemia de varios de mis compañeros, dando el pésame por parte de toda la colegiación. Es imposible no emocionarse cuando se recuerda a los compañeros que ya no están.
P.- Los baremos económicos en Andalucía para su sector son dispares con el resto de las comunidades españolas; ¿a qué se debe la falta de equidad?
R.- Esto es un mal endémico que llevamos desde que se transfirieron las competencias. Estas diferencias son posibles porque se produce la división en servicios: cada autonomía pone sus “emolumentos” encima de la mesa. De ahí vienen las diferencias, tan paradójicas como que un médico de Murcia, Cataluña o el País Vasco, esté mejor pagado que en Andalucía, es lógico que nuestros profesionales se vayan a otras comunidades. La “fuga de cerebros” está en mercado libre. Sólo cuando faltan médicos ven que tenemos que ser más valorados. Si hay comunidades que apuestan por los facultativos, ofreciendo proyectos, lógicamente los mismos se desplazan. En mi caso vine a Jaén por un proyecto estable, no por el salario. Si se le da futuro al profesional no habría fuga de talentos.
P.- ¿Qué resulta más complicado, ejercer de presidente o neumólogo?
R.- Resulta mucho más complicado actualmente ser neumólogo, dado que hay un déficit de médicos en mi especialidad, al igual que pasa en otras especialidades debido a la pandemia. En los hospitales necesitamos crecer en plantilla estable, pero en nuestro Colegio, gracias al gran equipo con el que contamos, es fácil ser presidente.
P.- Su colectivo ha pasado a ser uno de los sectores más queridos en apenas dos años. ¿Los médicos y sanitarios se sienten más valorados por parte de la ciudadanía?
R.- Siempre hemos estado bien considerados por la población; actualmente la inmensa mayoría de la población nos otorga un mayor reconocimiento, pero hay otros sectores que demandan una mayor atención, no todo es COVID. No se pueden descuidar el resto de pacientes crónicos; si esta “ola” no es tan fuerte como las anteriores, seguiremos atendiéndoles con normalidad. Todos los pacientes son iguales.
P.- Hablemos de las últimas noticias de la ciudad sanitaria y del Grado de Medicina en Jaén.
R.- El proyecto de la ciudad sanitaria sigue adelante, pero estamos hablando de un proyecto a 10 años vista; mientras, tenemos que dar soluciones al resto de problemas sanitarios, conviviendo con las infraestructuras sanitarias actuales; hay que seguir revindicando su construcción, acortando dicho plazo. Respecto al Grado de Medicina, indicar que hemos apoyado el mismo desde el minuto cero a la UJA para su implantación. Si todo marcha bien contaremos con el mismo en 2022, con 60 estudiantes. Una magnífica noticia para Jaén, ávida de tener buenas nuevas.
P.- Doble pregunta obligada: fecha estimada para una vida “normal”, sin virus, mascarillas, y qué hay que hacer para conseguirlo.
R.- El COVID-19, al igual que otro cuadro viral, ha venido para quedarse. Su erradicación es complicada, y debemos de vivir de forma endémica con él. Volver a una “cierta normalidad” no será posible en 2022. La solución definitiva será una vacuna que evite la infección y el contagio, pero las existentes no tienen ese efecto. Confiemos en que para 2023 la situación sea parecida a 2019. Con cierto “optimismo”, esto acabará en la siguiente “ola”. Hay que vacunar globalmente a la población, o seguiremos así, produciéndose nuevas olas. Queda apostar por esta acción, aunque cada variante venga con menos empuje y maldad.
Texto y fotos: Manuel Miró